Hace pocos días se
hablaba de que los jugadores de la NBA podrían ir a la huelga. En ese momento
las estrellas del baloncesto emigrarían, preferentemente a Europa, para acabar
la temporada. Pau Gasol declaró que, llegado el caso, él recalaría en el Barça,
y la afición culé se frotó las manos.
Yo sólo soy un
aficionado. Jugaba en el colegio cuando este deporte tuvo un boom en los años
80 y recientemente lo retomé para jugar con un grupo de amigos cada semana,
hasta que me lesioné el tobillo. Quiero decir que hay mil voces más autorizadas
que yo para hablar de baloncesto. Pero precisamente por eso, por mi nulo papel
en el mundo de la canasta, puedo permitirme decir cosas que quizás otros
piensan, y no dicen.
El basket europeo es
mejor que el americano. Ya se que es osado decirlo. Los americanos lo
inventaron, y son los que han forjado la leyenda. Pero creo firmemente que la
táctica en Europa esta más trabajada, las jugadas de ataque son más elaboradas,
y no se fía todo al talento individual. En defensa, la regla americana de no
permitir la ‘zona’ resulta contraproducente, porque fomenta los duelos
individuales. Es indudable que en lo físico, los jugadores americanos están un
paso por delante del resto. Y hasta su talento individual seguramente es
superior. Pero su juego en equipo, no.
Pau Gasol ya demostró en
la selección española que el baloncesto europeo no tiene secretos para él.
Pero, ¿cuántos jugadores americanos de renombre han fracasado aquí? ¿Cuántos
torneos de selecciones han visto tempranas eliminaciones de los profesionales
americanos? Además, en los últimos enfrentamientos entre equipos de uno y otro
lado del charco, los europeos empiezan a ganar (incluido el reciente Barça-Lakers,
campeones de Euroliga y NBA respectivamente).
No se si habrá huelga en
la NBA este año. Pero los equipos europeos deberían guardarse de fichar a
granel, no sea que les den gato por liebre.
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